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Resumen del año 2021

Tiempo de lectura: 12 minutos

Hablemos de la OEP2019

El año 2021 ha sido anómalo. Ha sido el segundo año dominado por la crisis del COVID-19. Si bien durante el anterior, 2020, no fue posible realizar el proceso selectivo para el acceso al cuerpo de Ingenieros Industriales del Estado, en 2021 sí.

El 4 de diciembre de 2020 se publicó la convocatoria de la oposición. Ello desencadenó el proceso que acabó el 23 de diciembre de 2021 con la publicación de las notas en la página web del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

En esta entrada pasaremos a comentar el año. Primero hablaremos de temas generales de la oposición. Posteriormente nos centraremos en cada uno de los exámenes. Más allá de lo que ha pasado, de lo que todos tendremos nuestra opinión, contaremos lo que hemos aprendido.

A destacar de la oposición

Cada uno tiene su opinión sobre qué es lo más reseñable. Lo podéis poner en los comentarios. Nosotros nos referiremos a lo siguiente:

  • Por primera vez se han explicitado los criterios de valoración de cada una de las pruebas.
  • Ha aprobado una persona con discapacidad.
  • Uno de los aprobados tiene un cargo electo.

Relevancia de los criterios de valoración de las pruebas

A alguno le podrá parecer que no es importante, pero tiene su relevancia. Por primera vez el tribunal se ha mojado y ha dicho en qué se va a fijar para valorar los exámenes. Lo ha dicho para el escrito, para el idioma y para el oral. Los criterios del caso práctico no se han publicado, pero seguramente estaban en el enunciado del examen.

Algunos podrán decir que tampoco es que sean criterios muy originales. Completamente de acuerdo. Ahora bien, no es lo mismo que te los tengas que imaginar que estén puestos negro sobre blanco y todo el mundo los conozca. Son cosas completamente diferentes.

Tener los criterios está bien, pero, ya que te pones, lo suyo sería llevarlos hasta el final. Nos referimos, por ejemplo, a cómo se han justificado los suspensos.

Nos han pasado varios ejemplos y lo que indicaba el tribunal era algo parecido a “en aplicación de los criterios publicados, la nota obtenida en cada uno de los temas expuestos ha sido de A.aa, B.bb y C.cc”. Vamos a ver, es un avance. Puedes saber cómo de cerca o lejos de has quedado del aprobado. Ahora bien, si lo que quieres es saber qué deberías mejorar, de poco te sirve.

Si hay unos criterios claros, debería ser sencillo poder decir en qué se ha fallado. Hablamos de esto aquí, por ejemplo. Esto debería ser inmediato, si es cierto que el tribunal en su actuación se ciñe a lo establecido en un Manual de Órganos de Selección, donde se comenta que habrá actas de las reuniones. Solo habría que ir al acta correspondiente, ver qué se dijo y transmitir al opositor un pequeño resumen. Tenemos más escrito sobre el tema en esta entrada.

A modo de resumen, por decirlo de una manera más o menos coloquial, hace muchos años que la Administración no puede argumentar en los términos que lo hizo el protagonista de esta noticia. A fecha de hoy el paradigma ha cambiado y debe ser transparente y rendir cuentas. Como podemos ver, el cambio se está produciendo, pero quizá no todo lo rápido que nos gustaría.

Un paso más allá lo tenéis en la base cuarta del anexo de esta resolución.

Ha aprobado una persona con discapacidad

Vaya por delante que esto no debería ser noticia.

En las últimas convocatorias siempre ha habido plazas con reserva a personas con discapacidad. No obstante, no ha sido posible cubrirlas hasta este año.

Esta persona, además, ha sacado la mejor puntuación de la promoción.

Deseamos darle la enhorabuena de manera especial y desearle todo lo mejor en su carrera administrativa.

Ha aprobado una persona con un cargo electo

En su momento publicamos una encuesta preguntando si aceptaríais ser Director General si os lo propusieran. Lo comentamos en esta entrada.

El motivo era porque no nos parecía que en el cuerpo hubiese vocación política. Nos sorprendió los resultados, ya que el 45% dijo que sí y un 40% que lo podría valorar.

¿Cuál es la relevancia de este hecho? Vayamos a los resultados publicados en este otro post.

Si nos vamos a los cuerpos que tienen un porcentaje claramente alto de funcionarios en el nivel 30 (Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, TECOs, y Administradores Civiles del Estado, TACs) veremos que hay un número no pequeño de Ministros y Secretarios de Estado que forman parte de este colectivo.

Son estos los cargos que tienen la capacidad de nombrar a los niveles 30 (subdirectores generales, por ejemplo). No estamos diciendo que se produzca nepotismo, pero resulta más o menos natural si quieres tener en tu equipo a gente de la que sabes qué puedes esperar. Si con quien tienes más relación es con la gente de tu cuerpo, puede suceder que a la que uno llega arriba arrastre a muchos detrás de él.

No pretendemos justificar este hecho ni nos parece bien. Ahora bien, podemos estar de acuerdo que de este modo se podría producir una selección subóptima, pero de ahí a decir que sea una claramente nefasta hay un abismo. Para que quede claro, estamos aceptando un cierto sesgo en la selección. No estamos pensando nunca en corrupción.

Lo que sí es evidente es que este proceso es claramente inestable. Si ningún funcionario fuera Alto Cargo, la capacidad de arrastre no existe y la selección de los subdirectores se produciría por otro tipo de criterios. Ahora bien, a la que uno lo llega a ser, el cuerpo de ese primer Alto Cargo funcionario algunas iteraciones después podría ser considerado como una especie de casta sacerdotal.

De este modo, nos parece positivo que haya una persona en el cuerpo que podría darse el caso de que fuera Alto Cargo en un futuro.

Evidentemente, no estamos poniendo sobre sus hombros toda la responsabilidad para que el cuerpo tenga una mayor relevancia y cuota en el reparto de los niveles 30, ya que esto es trabajo de todos.

Lo que nos parece que debe ser destacado es que, quizá, este hecho pone de manifiesto un cambio de tendencia.


Pasamos a comentar qué hemos podido aprender en esta convocatoria en cada uno de los exámenes. En todos los casos la meditación surge de casos concretos. No pretendemos juzgar aquí la situación que dio origen a la meditación, sino emplearla como excusa para tratar diversos aspectos que creemos que deberían ser mejorados en futuras ediciones.

Enseñanzas del escrito

Una persona de las que estaba con nosotros preparando el escrito llegó agotada al día de examen. No pudo realizarlo.

En nuestra preparación destacamos que la oposición no es solo estudiar. Esta parte es importante, pero quizá más importante que esto es el ser capaz de poder hacer bien el examen.

Por este motivo, es fundamental tener clara una preparación en la que se incluya algún tipo de descanso, no solo físico, sino también mental.

Insistiremos de nuevo en ello en nuestra preparación.

Enseñanzas del examen de idioma

Tenemos que reconocer que el examen de idioma nos fue realmente mal. Nos suspendió más gente que a la media.

Todos los suspensos nos dolieron, pero en especial el de una persona. Sabía que su nivel de inglés no era bueno y había ido a clases particulares con un profesor nativo, que la vió bien preparada para el examen. Suspendió.

Más allá del caso particular, en el que no podemos ni queremos entrar, nos gustaría destacar la importancia del ejercicio que esta persona llevó a cabo. Era consciente de sus dificultades e intentó ponerles remedio. Esto es lo que hay que hacer, en esta prueba y en el resto.

Alguien podría decir que de poco le sirvieron todas las clases, ya que suspendió al final. Todo depende de cómo lo queramos ver. Si esta persona vuelve a presentarse, y ha seguido insistiendo con la preparación del inglés, es de esperar que en la siguiente convocatoria la prueba se le dé mejor.

¿Cuál sería la otra opción? ¿No hacer nada y esperar un año en el que con el nivel que tienes se consiga el aprobado?

En una entrada especulamos con que el nivel de inglés podría haber subido de una convocatoria a la siguiente. Del mismo modo que esto sucede, podría pasar lo contrario. Igual el año que viene hay que saber menos inglés para aprobar. ¿Es sensato confiar en esto? Creemos que no. Lo que hay que hacer, si no quieres hacerte viejo en este viaje, es poner todos los medios para garantizar el aprobado.

Enfatizaremos más todavía la importancia del inglés y de no confiarse en la preparación.

Nota al margen

Hay mucha gente en esto de las oposiciones que cree en teorías más o menos conspiranoicas. Muchas de ellas pivotan sobre la idea de que tal o cual persona del tribunal es un hueso y que, si el día que te toca participar está él o ella, date por jodido. El propio sistema de votación en el tribunal debería amortiguar este hecho, ya que al final, por muy fundamentalista que pudiera ser esta persona, no deja de tener solo un voto (al menos en teoría).

Hemos intentado ver si hay manera de contrastar este hecho, pero no faltan conocimientos de estadística y contraste de hipótesis. Si alguien los tiene, que lo diga en los comentarios. Mostramos, no obstante, nuestros enfoque y resultados.

Tanto en el examen escrito como en el de idioma se convoca a un grupo de personas por día, debiendo ser, por lo menos día a día, el criterio del tribunal el mismo. Por tanto, podríamos suponer que la distribución de aprobados sigue una binomial, siendo el parámetro “p” la tasa de aprobados del examen.

A partir de aquí, asumiendo que si convocan a 5 personas en el escrito es porque saben que una de ellas entregó pronto el examen, por lo que se supone que no irá a leerlo, o leerá poco tiempo y por tanto suspenderá, se puede sacar para el escrito y el idioma una distribución teórica (según la binomial) y la real, siendo las gráficas las siguientes (los grupos en el examen de idioma casi siempre fueron de 6 personas).

Porcentaje de días que suspendieron a 0…4 personas. Datos reales y teóricos (según la binomial).
Porcentaje de días que suspendieron a 0…4 personas. Datos reales y teóricos (según la binomial).

Se observan diferencias en ambos casos respecto lo que el modelo predice y lo que pasó.

Si hubiésemos tenido una cierta coincidencia entre la distribución real y la teórica, una posible conclusión podría ser que la tasa de aprobados es uniforme a lo largo de los días y da igual cuál es el tribunal que te toque. Al no estar en esta situación, no lo podemos decir, pero tampoco podemos afirmar contundentemente que haya configuraciones mejores o peores de tribunal.

En el caso del escrito, parece que, si se suspendió a la mitad de la gente que fue al examen, los días que suspendieron a una persona o a tres deberían ser similares, y no lo son. En el caso de idioma, parece que no suspender a nadie un día debería haber sido menos habitual que lo que pasó en realidad.

¿Anula esto la neutralidad del tribunal? Lo decimos de nuevo, no.

Hay que tener en cuenta que el modelo teórico supone el cumplimiento de condiciones terriblemente exigentes que es muy difícil que se den en la práctica. Por otro lado, tampoco conviene olvidar que con el número de observaciones que tenemos tampoco tenemos claro cómo de cerca deberíamos estar del resultado teórico. Igual la diferencia es perfectamente justificable por la escasez de datos.

En cualquiera de los casos, el ejercicio anterior sí que muestra que es posible avanzar en una mayor coherencia en la apreciación en la nota de los distintos tribunales que se puedan configurar.

Enseñanzas del oral

Una persona se incorporó a nuestra preparación para cantar temas. Nosotros no le facilitamos en esta convocatoria los nuestros. El examen se le daba realmente bien, al menos en las sesiones que llevábamos a cabo.

Fue el examen con 88 temas de 90. Debería haber podido hacer el examen es un 93,44% de las veces. Ese día le tocó el 6,56% restante. Salió un tema que no había estudiado y no pudo hacer el examen. Según se nos trasladó, era un tema que le costaba de entender.

Como academia nos parece un fracaso haber llegado a esta situación. No obstante, antes de extremar la evaluación deberíamos considerar lo siguiente.

En opinión de quien escribe esto, uno podría creer, cuando es joven quizá, que el mundo tiene el deber de ayudarte. Según van pasando los años, uno se va dando cuenta de que, en términos generales, la gente está dispuesta a ello, pero que es necesario pedir auxilio primero.

Es realmente complicado darse cuenta de cuándo alguien necesita ayuda. Todos, en el fondo, la necesitamos. Para una cosa o la otra. Seguramente alguna de las personas con la que nos cruzamos o tratamos nos podría echar un cable, pero no lo hará. No será porque no quiera. Simplemente es que no se ha enterado que podría sernos de utilidad. Insistimos, nadie se tatua en la frente las cosas que podría necesitar, por lo que es complicado que nadie te ofrezca, de repente, justo lo ayuda que necesitas.

En el caso que nos ocupa había gente la que le podría haber explicado el tema. Estaba el autor del tema, por ejemplo, y también compañeros que lo dominan por su experiencia profesional. Nadie se enteró de su necesidad.

A veces no es fácil pedir ayuda. Primero hay que darse cuenta de que la necesitas y luego pedirla. Tampoco nos vamos a extender en esto porque imaginamos que todos habremos pasadas por este tipo de situaciones.

Sirva esta experiencia para bajar el coste de pedir ayuda. La academia está para facilitar la preparación de la oposición. La modalidad que se siga es lo de menos. Queremos que apruebes y nos puedes pedir cualquier cosa que necesites para lograrlo.

Enseñanzas del caso práctico

En este ejercicio aprendimos dos cosas.

Querer no siempre es poder

En la última sesión de preparación del caso práctico intentamos que los opositores se vieran en la cena de navidad explicando por qué iban a ser funcionarios.

Todos los participantes fueron más o menos prudentes. Imaginamos que todos tenían dudas y ninguno dijo de manera taxativa “yo voy a aprobar”. Salvo una persona. Una vez que se publicaron las notas su nombre no estaba en la lista de aprobados.

No podemos negar que lo que dijo refleja lo que todos debían estar pensando en esa sesión. Nadie que llegue a ese punto no se ve aprobando la oposición. Por tanto, decirlo bien alto no creamos que sea un problema.

Ahora bien, en un contexto donde mucha gente afirma que “querer es poder”, consideramos que hay que ser un poco más cauto. “Querer” no siempre “es poder”. Hay que poner los medios.

El miedo es una emoción tremendamente útil. Sirve para buscar soluciones ante el peligro. Gracias a que hemos sido miedosos estamos donde estamos (entre otras muchas cosas, por supuesto; no creemos que la máquina de vapor o el transistor se inventaran fruto del miedo).

Dicho esto, lo único que queremos resaltar en este caso es que hay que extremar la prudencia, tomar consciencia de lo que va a pasar e intentar garantizar que todo irá bien.

Decir “yo voy a aprobar” no tiene un significado unívoco, pero convendría desechar esa idea si antes no has hecho un mínimo ejercicio de introspección.

Situación de shock

A la salida del caso práctico fuimos a esperar a los opositores para invitarles a tomar algo. No vimos a una persona. Nos mandó un mensaje el día siguiente en el que decía que había salido del examen en estado de shock. De nuevo, emplearemos este hecho para comentar aspectos de la preparación, que quizá poco o nada tienen que ver con lo que le pasó a esa persona.

Todos los que van al caso práctico, como poco, llevan 10 meses dedicados en cuerpo y alma a la oposición. Este año todos sabían antes de entrar que había 14 personas, mínimo, que no iban a ser funcionarios. Nadie sabía de qué iba a tratar el examen.

Como estaba previsto, han suspendido 14 personas. ¿Cómo son estas 14 personas? De nuevo, ni la más remota idea. No conocemos todos los casos. Habrá gente que creía que había hecho bien el examen y resultó ser que no. Sin embargo, podría haber algunos que se vean reflejados en la frase “estar en estado de shock” al haberlo acabado.

Dado que no queda del todo claro qué hay que entender por la expresión anterior, daremos nuestra visión. Entendemos que esta denota una situación en la que el opositor no ha tenido el control. Dicho de otro modo, no es que la cosa haya empezado mal (que es lo normal), sino que nunca ha remontado.

Suspender por imponderables es una faena, pero poco se puede hacer contra ellos. Ahora bien, suspender por algo que debería haber sido posible prever es algo que nos molesta especialmente.

Nuestra preparación del caso práctico creemos que es buena. Si tomamos en consideración únicamente las personas que prepararon con nosotros al menos el oral, habíamos ayudado a preparar el examen a 15 personas, de las que aprobaron 13. A nivel agregado fueron 53 y aprobaron 39.

Si tenemos en consideración los resultados de la única academia que hemos podido obtenerlos, tenemos los siguientes datos:

  • En término medio, ha aprobado el 74% de la gente que iba al examen.
  • El 87% de los opositores preparados por la Academia T.E. ha aprobado.
  • Sin considerar nuestros alumnos y los de la otra academia, al resto de academias les han aprobado el 65% de los presentados.

Gracias a nuestra preparación dos personas que deberían habernos suspendido no lo han hecho. Tampoco vamos a ser triunfalistas, ya que hay personas que han confiado en nosotros que no lo han conseguido, y lo sentimos profundamente.

Ahora bien, ¿somos responsables, en alguna medida, de esos suspensos? La respuesta es no, sin matices.

A lo largo de toda la preparación se ha insistido en el tipo de situación que todo el mundo iba a vivir el día del examen. Resumiendo mucho, estar ante un problema que tras una primera lectura no sabes cómo abordar, pero al que tienes que meterle mano si quieres ser funcionario.

Estar en estado de shock al principio del examen es normal. Si no lo estás significa que el tribunal no ha hecho bien su trabajo. Ahora bien, a partir de un cierto momento hay que empezar a resolver la primera pregunta. Luego la segunda. Y la tercera y la cuarta. Así hasta llegar al final.

Una vez hecho esto quizá crees que te has equivocado o que la cosa no te ha salido tan bien como creías. Puedes suspender por estos u otros motivos, pero, por el amor de dios, que no sea porque no has sido capaz de gestionar la situación.

¿Cuál es el problema? Que es muy difícil practicar esto. Por muchos simulacros que hagas es complicado replicar la situación real que vivirás ese día.

Seguiremos trabajando en esta área con la idea de poder decir en un futuro próximo que nos han aprobado el caso práctico todos nuestros alumnos.

Conclusiones

La vida en un eterno aprendizaje. Desgraciadamente, en algunos casos hay que caer para darse cuenta de qué se puede mejorar.

No podemos decir que nos haya ido mal este año, pero sentimos profundamente que a nuestros alumnos no les haya ido todo lo bien que se esperaban.

Intentaremos hacerlo mejor en esta convocatoria que debería salir en 2022.

No obstante, debe quedar claro que al final la responsabilidad es vuestra. Sois vosotros los que suspendéis o aprobáis. Haced todo lo necesario para garantizaros el aprobado. Pedid toda la ayuda que necesitéis. Cuidaos todo lo que haga falta.

La vida es muy corta y cuanto antes aprobéis la oposición, mejor para todos.

Contacto y comentarios

Como siempre, puedes ponerte en contacto con nosotros aquí para tratar el contenido de este post o cualquier otro relacionado con la oposición.

Del mismo modo, agradeceremos cualquier comentario que quieras poner a esta entrada o cualquier otra del blog.

6 Comments

  1. Juan dice:

    Muy interesantes reflexiones, muy reveladoras. El éxito o el fracaso en una oposición de este tipo depende (en una medida no despreciable) de factores aleatorios ajenos al control del opositor, lo que unido a la tremenda inversión personal, económica y temporal y el coste emocional, lo convierte en un proceso muy cruel e ineficiente. Mucho ánimo a los suspendidos y enhorabuena a los aprobados.

    • Muchísimas gracias por el comentario. Se agradece cualquier cosa que ayude a enriquecer el debate. Ahora bien, hay aspectos en tu discurso que no acabamos de compartir.

      Por ejemplo, nos gustaría que concretaras a qué te refieres con “factores aleatorios”.

      Los más evidentes podrían ser los temas que caen en el tema escrito y oral. Evidentemente, si todo el mundo no llevara todos los temas, habría gente que podría aprobar, simplemente, por haber tenido suerte. Ahora bien, si no quieres depender de ella, la solución es clara, estudia todos los temas. La aleatoriedad se reduce bastante (no desaparece, también es cierto).

      Otro aspecto en el que claramente hay un factor de azar es cuánto te toca participar, ya que depende, literalmente, de un sorteo realizado de manera centralizada. Ahora bien, esta información todo el mundo la conoce desde el primer día, por lo que es posible planificarse. Es cierto que el tiempo que tienes para estudiar el oral está fijado de manera aleatoria, pero puedes actuar para intentar compensar este hecho.

      Cualquier otra cosa que tenga que ver con la oposición, creemos que no se puede calificar como aleatorio. Aún en el caso de que tengamos diferencias en la semántica, creemos que todo lo que pueda encajar ahí o bien es lo mismo para todos (textos del examen de idioma o caso práctico) o es posible de prever y encontrar una solución con anterioridad.

      Que hay un coste emocional, económico, temporal y emocional es completamente cierto. Pero también lo es que no hay nada gratis en esta vida. Por otro lado, tenemos serias dudas que nadie haya conseguido un trabajo que no haya conllevado un esfuerzo previo (no consideramos los casos en los que este se consigue a través del nepotismo o la corrupción).

      Lo de cruel no lo vemos, a no ser que para ti la vida también sea cruel. De nuevo, probablemente tengamos un conflicto en la semántica. La vida no es lineal. Las oposiciones tampoco, pero se acercan bastante.

      Lo de ineficiente habría que justificarlo un poco más. Según qué parámetro estemos midiendo igual tienes razón o igual no. No creemos que el proceso sea ineficiente bajo cualquier perspectiva.

      Con todo esto no queremos decir que las oposiciones sean algo maravilloso. Uno de los mayores defectos que tienen es el mismo que tenían los planes de estudios pre-Bolonia, solo importa lo que pase el día del examen. Siendo esto cierto, creemos que hay maneras de intentar que ese día salga todo perfecto.

      Nos gustaría saber cuántas bodas se han tenido que cancelar porque los novios han tenido un imprevisto o cuántas hipotecas se han tenido que aplazar porque faltaba un papel. Seguramente pocas. Todo el mundo sabe que ese día es importante y pone todos los medios para que las cosas salgan bien.

      No dudamos en que es posible que se produzcan injusticias, agrupando aquí la crueldad e ineficiencia que comentas. Ahora bien, creemos que son casos sumamente contados.

      En la mayoría de los casos, la gente suspende, no le suspenden. Podemos buscar miles de excusas para intentar justificarlo, pero en muchas ocasiones son excusas de mal pagador y vanos intentos de hacer trampas al solitario.

      Suspender es una grandísima putada. No ayuda echar balones fuera y creer que el profesor me tiene manía. Intentad aprender del error y hacerlo mejor la próxima vez.

  2. Juan dice:

    Interesante debate.
    En algunas oposiciones se ha demostrado que el orden en que te examinas incrementa o disminuye la probabilidad de éxito.
    Con lo de cruel quería decir traumático, suspender un examen en la universidad o ser rechazado en un proceso selectivo en el sector privado también puede serlo, y a nadie le obligan a opositar y quien la hace es consciente de que es un proceso incierto y arriesgado, pero jugarse en un día el esfuerzo de meses o años y varios miles de euros de inversión parece demasiado. Seguro que el shock de ese opositor guarda algo de relación con esto.

    La ineficiencia guarda relación con lo anterior. Hay un elevadísimo coste de oportunidad y coste hundido. Estudiar un carrera o un máster también conlleva una inversión económica y temporal, pero te lleva a la obtención de un título que te sirve profesionalmente (en mayor o menor medida). Esa inversión económica y temporal es una barrera de entrada desproporcionada que disuade y hace que se seleccione entre un pool de candidatos muy reducido. Con esto no cuestiono la capacidad de los que aprueban, que superan un proceso durísimo, solo digo que sin esa barrera podría haber más candidatos.
    También está el tema del peso de la memoria y la utilidad de esta.
    Si no me equivoco hay en marcha una propuesta de reforma de las oposiciones, habrá que ver en qué queda.

    • Compartimos muchas cosas de las que dices.

      Lo de tener más tiempo para estudiar tiene sentido que afecte a los aprobados. Ahora bien, también es cierto que gente con menos horas de vuelo lo consiguen.

      Los exámenes son días concretos y hay que hacerlo bien entonces. En un contexto post-Bolonia entendemos lo que dices. Intuitivamente tiene sentido que se valore el histórico y no solo lo que pase en unas pocas horas.

      El ejemplo que pondremos podrá sonar un poco chusco, pero a Hans Gruber no le veo dando una segunda oportunidad si John McClane no hace su trabajo a la primera. También es cierto que ningún funcionario jamás tendrá que salvar el Nakatomi Plaza, ni nada remotamente parecido.

      Ambos enfoques tienen cosas buenas y cosas malas. Si hay algo que te enseña la vida es eso, toda cara tiene su cruz y hay que aceptar eso. No hay nada que sea 100% bueno o 100% malo.

      La inversión que uno realiza es incuestionable. Además, como tú dices, sin tener certeza ninguna de que lo vas a conseguir. Esto también provoca que la selección se haga sobre un subconjunto de la sociedad, dejando fuera a colectivos que deberían tener la oportunidad de poder acceder al empleo público. Siendo los únicos requisitos solicitados el mérito y capacidad, estamos completamente de acuerdo contigo en este punto. Llevamos ya un par de OEPs donde se prevé algún sistema de becas para opositores, que en el caso de nuestro ministerio no se han creado todavía.

      En nuestra opinión la memoria no es algo determinante en una oposición. Por otro lado, su utilidad, según con quien hables, es más o menos relevante para el desarrollo de las personas. No pondremos enlaces, pero seguro que encuentras algunos donde se defiende el hecho de tener que entrenarla.

      Nosotros abogamos por entender lo que se dice en cada tema. No tiene ningún sentido pretender memorizar los 150 temas. Sí que es posible saberse 150 historias y en cada una de ellas poder contar, quizá, 2-3 datos concretos.

      La reforma de las oposiciones habrá que ver en qué queda. Escribimos sobre ella aquí. En nuestra opinión, cómo se seleccione el personal es, hasta cierto punto, lo de menos. Lo realmente importante es cómo lo tratas una vez que ha aprobado.

      Muchísimas gracias por tus comentarios. Seguramente en el fondo no pensemos muy diferente y hay más cosas que nos unen que no que nos separan.

  3. Juan dice:

    Un placer el debate. Sigo desde hace tiempo tu blog aunque no soy ingeniero industrial pero sí preparo oposiciones (gestión de la AGE A2) y me resultan interesantes los posts.
    Saludos

    • Se agradecen los comentarios.

      No conocemos tus circunstancias, pero si tienes la posibilidad, intenta también TAC.

      Quieras que no, pasar a A1 requiere hacer otra oposición, con todo lo que ello conlleva. Hay opciones de promoción interna muy socorridas, como no sé cuál de organismos autónomos, pero, si tienes la opción, creo que es mejor ir directamente a por una de A1.

      Feliz Año.

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