Las memorias de la oposición tienen bastante información, que puede y debe ser analizada. Nunca se puede considerar nada concluyente. Pero hay indicios que podrían dar lugar a investigaciones posteriores.
En este caso nos centraremos en evaluar cómo se comportan los hombres y mujeres en los exámenes con temario (escrito y oral), frente a un examen sin temario (el caso práctico). Si fuéramos todos iguales sería de esperar que no se encuentren diferencias sustanciales. Si las encontramos, tampoco se puede decir que seamos diferentes. Pero, igual se puede hacer alguna valoración y tomar alguna medida.
Mostramos en la siguiente imagen cuánta gente se ha presentado al examen escrito, oral y caso práctico en las últimas 5 convocatorias, desglosada por género. También los aprobados, por género.
Con esta información podemos sacar qué porcentaje de cada género se ha presentado, qué porcentaje de cada género ha aprobado, la tasa de aprobados por género y la diferencia respecto a la media de cada género. Toda esta información se muestra a continuación.
Todo parece indicar que a las mujeres se les da mejor los exámenes con temario que el examen sin temario. Lo contrario les pasaría a los hombres. Se les da mejor el caso práctico que no el escrito u oral.
Aquí tocaría decir la cachondada que decía, en 1991, el bueno de Vicente P., alumno en un colegio de solo chicos hasta COU, a las chicas que acababan de llegar a hacer ese curso: “Hace 20.000 años, hombre y mujeres éramos iguales. A partir de un cierto momento los hombres salimos a cazar y las mujeres se quedaron en casa con los niños. Eso ha dado lugar a un desarrollo diferente de habilitades. No puedes pretender volver a ser iguales en apenas una decena de años”.
Aunque el comentario es machista hasta decir basta (también lo era entonces), todo apunta a que, quizá, algo de razón tiene.
Se podrían entender los exámenes con temario como ejercicios de recolección y el caso práctico como una caza. De este modo, cada uno está mejor predispuesto para un determinado tipo de prueba.
Evidentemente, no hay impedimento de ningún tipo para que todo el mundo pueda aprobar la oposición.
Eso no quita para que se puedan tomar medidas para intentar compensar determinadas tendencias naturales. Los unos y las otras.
En el caso de que existan, claro.
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