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Posibles criterios para escoger plaza

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Como imagino que todo el mundo entenderá, nos han llegado las plazas que han ofertado a los Ingenieros Industriales del Estado que aprobaron la oposición el año pasado. Ahora toca ver qué caray escoge cada uno.

Van aquí algunas recomendaciones.

En cualquier trabajo conviene analizar los siguientes factores o aspectos. Algunos de ellos quizá son algo complicados de evaluar a priori. Afortunadamente siempre se puede preguntar a alguien que tenga información fiable.

  1. El propio trabajo que se va a realizar. Aquí estaría, por ejemplo, la labor a realizar y la existencia de posibles viajes.
  2. El entorno de trabajo. Aquí podemos incluir los compañeros y la localización.
  3. Sueldo.
  4. El jefe o supervisor.
  5. Posibilidades de promoción.

Sobre el punto número 1, me remitiré a este chiste. Cualquier cosa que os puedan haber dicho puede, o no, ser así cuando efectivamente empecéis a trabajar. No estoy diciendo que la gente mienta, pero por definición es muy complicado prever el futuro. ¿Qué quiero decir con ésto? Que una cosa es lo que os habéis imaginado que será el trabajo y otra muy distinta lo que al final es. Seguramente hagáis lo que os han dicho, pero hay que empezar a trabajar allí para saber si a uno le satisface o no.

En relación al 2, no está de más saber algo sobre los posibles compañeros. No es lo mismo estar en una subdirección con gente de tu edad que en otra en la que tú eres el más joven y con el siguiente te llevas 20 años. Os puedo asegurar que las conversaciones en el café son radicalmente diferentes. Otro aspecto también importante es saber el ambiente que se respira en la subdirección. Os podrá parecer mentira, pero en la función pública hay gente encantada con el trabajo que realiza y otros que quizá no tanto. Es muy diferente trabajar en un equipo bien avenido que en otro en el que nadie se habla con nadie, por poner un ejemplo. En definitiva, no está nunca de más imaginarse cómo uno va a trabajar en esa subdirección y ver si se va a sentir cómodo.

Sobre el tema 3 hay poco que decir. Todos los niveles 26 suelen tener específicos muy similares, por lo que decidir en función de si vas a cobrar 40€ más o menos al mes quizá no sea el criterio más relevante. La eventual productividad puede cambiar un poco el análisis, pero no de forma sustancial.

No sé si se está notando, pero estos tres aspectos me parecen los menos importantes en los cuales alguien se debería fijar a la hora de escoger un primer destino.

La figura del jefe o supervisor, aspecto 4, en mi opinión, es de vital importancia. Pongamos esto en contexto. Cada uno llega de su mundo, pero lo que es evidente es que nadie ha sido nunca funcionario. En mi curso de formación recuerdo especialmente la charla que nos dieron los de la Subdirección General de Minas. Vinieron el subdirector, que falleció al año siguiente, y dos chicas de la subdirección, ingenieras de minas. Una de ellas, o quizá las dos, dijo que había que pasar por un periodo de adaptación a la función pública. Visto en perspectiva, es probablemente lo más importante que oí durante esas semanas.

Por lo tanto, yo buscaría a un jefe que sea capaz de orientarme y explicarme qué es la función pública y cómo se trabaja en la administración. Da un poco igual que esto se realice en defensa, exteriores, energía o industria. Lo relevante es hacerse al nuevo tipo de trabajo. El cómo, dentro de un orden, es lo de menos.

El punto 5 es quizá el más espinoso. Incluye tanto la promoción hacia arriba como hacia los lados, es decir, cambiar de subdirección.

En función de lo que cada uno viniese cobrando antes de aprobar, tener un salario que rondará los 2.000€/mes le parecerá bien o no quizá tanto. Si se necesita más dinero hay que ver si donde aterrizas hay opciones reales de poder conseguir el nivel 28 en un plazo razonable. En este sentido, conviene tener en cuenta que algunos subdirectores prefieren la promoción interna que no traer a alguien de fuera, por lo que la primera opción para ascender debería ser dentro de tu subdirección.

La promoción a los lados, estando en un nivel 26, en mi caso al menos, suele suponer una huida hacia delante, es decir, donde estoy no estoy a gusto y busco cualquier cosa que me satisfaga. No me voy por el dinero, sino por el trabajo. Así dicho podría parecer que nadie se puede negar a ello. Doctores tiene la iglesia. Conocemos un caso en el que la consigna que se le dio a quien llegó a su primer destino fue, me parece muy bien que te quieras ir, pero no podrás hacerlo hasta que pasen dos años. A los dos años y un día esa persona había cambiado de destino. De este modo, saber si la salida será o no traumática puede ser algo tremendamente relevante a la hora de escoger.

A modo de resumen, vais a empezar a trabajar en una empresa que no conocéis y en la que os queréis jubilar. Las prisas son malas consejeras. Intentad ver un poco más allá de lo que os ofrecen y ver si eso os cuadra o no. Por último, no hay trabajos ideales ni perfectos. Intentad ver lo positivo que hay en cualquier destino. Por definición, no hay nada que no encierre algo interesante dentro.

Evidentemente, hay a una persona que todo esto no le sirve de nada porque le tocará lo que nadie ha querido. Espero que los otros 36 lean algo útil en todo esto.

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