El redactor de esta entrada suspendió dos veces el caso práctico y lo aprobó a la tercera. Podemos decir, entonces, que tengo más experiencia suspendiendo que no aprobando esta prueba.
La primera vez que lo suspendí, el examen consistía en comprobar que una solicitud de ayudas estaba bien cumplimentada a la vista de su orden de bases. La primera pregunta se refería si la ayuda estaba bien encuadrada en el Plan Nacional correspondiente. Traducido al castellano, encontrar un código de 4-5 cifras y ver si era el correcto. Parecerá mentira, pero no lo vi. Tuve 3 horas para ello.
El segundo era técnicamente más complicado que el anterior. Tenía dos partes. Para la primera había que confeccionar un balance y una cuenta de pérdidas y ganancias a partir de una serie de cuentas contables dadas. Una vez obtenido esto, creo recordar que todo era cuesta abajo. La segunda diría que iba de ratios o análisis de inversiones. La primera vez que hice el balance no me cuadró. Repetí del mismo modo el ejercicio 2 o 3 veces más. Me siguió descuadrando por el mismo importe. Las 2 o 3 veces. Suspendí. Conmigo otros 2. Aprobaron 9 personas. 3 plazas se quedaron sin cubrir.
Si yo hubiese estado moderadamente tranquilo y un poco ágil de reflejos durante las tres horas que duraba el caso práctico en aquel entonces, los dos problemas que he comentado tenían una solución más o menos sencilla.
En el primero de los casos, hacer como los niños que empiezan a leer, poner el dedo en la primera palabra y leer, siguiendo mi dedo, todo el documento hasta encontrar el código. Dado que era la primera pregunta, seguramente no hubiese tardado demasiado, ya que debería estar en la primera mitad de la primera página.
En el segundo quizá la cosa era algo más complicada, pero como primera aproximación lo que se podría haber hecho es una especie de ingeniería inversa. Si el balance me descuadra en 22, seguramente hay una partida de 11 que hay que cambiarla de signo. Todo se reduce a encontrarla y cambiarle el signo. Balance cuadrado, aleluya, aleluya.
Ambas medidas no me hubiesen garantizado el aprobado, pero, seguramente, hubiese afrontado el resto del examen de otro modo.
Quedando 31 personas para 33 plazas, el enfoque más oportuno que se debería hacer a la hora de afrontar el caso práctico, en mi opinión, es que estáis todos aprobados, salvo que metáis la pata. Si alguien ha interpretado algo de lo que hayamos podido publicar de otro modo, pedimos sinceramente disculpas.
El problema está en que hay que intentar garantizarse que uno no va a meter la pata.
De este modo, en esta encuesta lo que quizá pone de manifiesto es que entre tantas personas, es bastante probable que al menos uno meta la pata. Por otro lado, en este hilo pretendemos decir lo mismo que en esta entrada, con otro enfoque. No está en nuestra intención mandar mensajes apocalípticos.
Este año, el estrés de que sois más personas que plazas, no debería existir. El único que queda es el debido al propio examen.
Si nos ceñimos al histórico, son exámenes que los aprueba al menos el 70% de los que se presentan. Comparados con lo que me decían de mecánica de primero de la politécnica, nada que ver.
Por lo tanto, lo que hay que hacer el día del examen es intentar no cometer fallos. No tiene sentido ir atemorizado. Debería bastar con ser prudente.
Así dicho parece fácil. Como todo en esta vida, llevar las cosas a la práctica no siempre es tan sencillo como parece.
Este post no tiene fin comercial. No obstante, si alguien considera que necesita ayuda para preparar el caso práctico, puede leer esto.
Como siempre, puedes ponerte en contacto con nosotros aquí para tratar el contenido de este post o cualquier otro relacionado con la oposición.