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La ley de los grandes números y los procesos selectivos

Tiempo de lectura: 3 minutos

Este post refleja únicamente la opinión de su autor, no siendo extrapolable a cualquier otra persona vinculada a la Academia T.E.
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Un proceso selectivo es un ejemplo de la aplicación de la Ley de los Grandes Números. Todo el mundo entenderá que la nota que una persona pone a una exposición puede estar sesgada por mil motivos, por lo que no tiene por qué corresponderse con una justa valoración de su desempeño. Ahora bien, si pides a 7 personas que valoren la misma exposición y la nota se calcula como la media de las 7 expresadas, es de esperar que los sesgos se compensen y obtengas una valoración que converja con la nota “ideal”.

Esto mismo se emplea para la valoración de cualquier cosa por internet. Posibles ejemplos son películas, hoteles, anfitriones, apps, ganadores de concursos televisivos o cualquier otra cosa que se os ocurra. En estos casos el modelo es también de aplicación, pero no está a salvo de valoraciones pagadas o que en forocoches decidan apoyar con todos sus medios una opción. Afortunadamente, en un Tribunal no hay trolls.

Por tanto, tomando como base la Ley de los Grandes Números, podríamos decir que las notas de los tres primeros exámenes de nuestra oposición (o de cualquiera) representan algo muy próximo a la nota ideal que un juez perfectamente justo podría haber puesto. ¿Y qué pasa con el cuarto examen?

En esta entrada hablamos de los posibles exámenes, aquellos que mantienen el status quo y aquellos que no lo mantienen.

Los que mantienen el status quo son aquellos que son tan fáciles que todo el mundo saca muy buena nota. De este modo, la posición relativa de cada uno no se ve modificada y aprueban los mismos que hubiesen aprobado la oposición si no hubiese habido 4º examen y se hubiese seleccionado a la gente por la nota acumulada.

Si no se quiere mantener el status quo la cosa es infinitamente más complicada ya que hay que poner un examen que ayude a discriminar. Idealmente, la distribución de las notas debería ser acampanada y con la media, en el caso de este año, sobre el 6-7. Con esta media, te quedan en la cola por debajo del 5 al menos 7 personas. Si tiramos de excel y simulamos una normal con media 6 y desviación típica 1, casi lo tenemos.

Tenemos una distribución de las notas y la gente que ha sacado más de ‘X’ puntos. Se puede ver como con más de 5 puntos tenemos unas 42 personas, que es casi lo que queremos (pueden aprobar 43 en este caso).

La cosa se complica, y mucho, cuando tienes una distribución sumamente concretada. Un examen tipo status quo sería un ejemplo. Si todo el mundo ha sacado entre 8,5 y 9,5, ya me contarás cómo discriminas ahí. Peor sería si los tuvieras a todos entre 2,5 y 3,5, también es cierto.

La Ley de los Grandes Números nos puede ayudar de nuevo en este caso. La pregunta sería, ¿puede una sola persona poner un examen del tipo que representa la gráfica de arriba? No. Ahora bien, ¿pueden 14 personas, trabajando todas en ello, poner un examen como el de la gráfica? Yo creo que sí. Por ejemplo, un miembro del tribunal (o varios) plantea un examen, el resto lo intenta resolver y aporta comentarios- El borrador se modifica y se entra en un proceso iterativo hasta conseguir la versión que finalmente se entregará.

¿Por qué toda esta disquisición?

Ayer fue el último examen de la oposición, el caso práctico. No he podido verlo, pero tomado como base lo que se decía a la salida, parece que no era un examen como el de la gráfica.

El tribunal es soberano y puede hacer lo que mejor considere. No dudo que el examen que se ha puesto es el que creían que tenía que ponerse. Ahora bien, me parece que hay líneas rojas que convendría no cruzar. En este caso, según contaban, una sería que mujeres en los baños lloraran tras el examen. Los hombres tenemos otra forma de expresar sentimientos, pero no dudo que a muchos les debió pasar algo análogo.

Tras un examen que resume el esfuerzo de todo un año me parece hasta normal que la gente pueda llorar a la salida por el estrés acumulado. Ahora bien, cuando el motivo es que no has podido responder a más de 10 preguntas de un examen de 20, creo que quizá algo podría estar fallando.

Insisto, el tribunal es absolutamente independiente y todo el mundo ha tenido el mismo examen, por lo que todos están en las mismas condiciones. La resolución que finalmente tomen no me cabe la menor duda que será justa de acuerdo al examen planteado. Ahora bien, quizá se podría haber llegado a la misma conclusión de otro modo.

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